Llevábamos un año ya sin hablaros (ni ver) a Mucho, desde el lanzamiento de su segundo álbum, El Apocalipsis según mucho. Fue un gustazo verlos en directo, en una Sala Boite con sold-out, para sorpresa de ellos pero también nuestra, acostumbradas a tener que explicar de qué conocíamos a este grupo ("es que son medio de Toledo...") y más en una noche en la que la competencia conciertera era atroz.
El grupo autodenominado "el azote de La Mancha" (la Mancha, la Sagra.. y esos conceptos tan difusos) empezó con una hora de diferencia sobre la hora de la entrada (cuántas cañas no tomadas). Abrieron con Motores, canción favorita de la no-groupie al teclado, y dieron un un concierto de poco más de una hora en el que su disco debut, Mucho, tuvo poca presencia.
El concierto pasó muy rápido, con menos parloteo del habitual en el front-man cósmico que es Martí y con menos hiperactividad de la habitual en el cantante y en la última incorporación, ya totalmente integrado en el grupo, Victor Cabezuelo. Hubo menos ruidismo, menos guitarreo-locurón pero más teclado y guiños a la electrónica. Se nota que lo nuevo de Air ha dejado huella.
No sólo han variado, o eso nos ha parecido, ligeramente los Mucho, sino también el público. Sorprendidísimas quedamos al que nadie diese palmas con La Casa en pie, coreografía introducida desde aquel concierto presentación en la Sala el Sol. (sí, echamos un poco de menos a Fausto).
No faltó una versión, esta vez el My Lady is a Rebel de los Raconteurs. Tampoco faltó la reivindicación tristemente necesaria y tan habitual hacia la política del Ayuntamiento de Madrid con respecto a las salas de conciertos y sus criterios de "ruido", con una canción dedicada. No, no fue la frase con improperio de Más Feliz sin Televisión (que también sonó), la canción dedicada fue Como si no hubiera mañana, una de las canciones más seguidas por el público.
Presentaron, por supuesto, canciones del nuevo single, Grupo Revelación, de lanzamiento el mismo día de concierto. La primera fue La primera luz del día, empresa difícil dadas las capas sonoras del tema y los agudos imposibles. Habían dicho en entrevistas que temían el directo de esta canción, pues no temáis, sonó bien. No lució todo lo bonita que es pero sí se apreció que es especial.
Tras esto cayó un receso más que breve para después sonar Grupo revelación, critica-reflejo del panorama musical actual y, tras agradecimientos de rigor, entre otros a Ricky Falkner, y emocionados por llenar la sala, cerraron con una interpretación que apreciamos de modo distinto, para mejor, de La Sal de la Tierra.
Tras un fotico con Julio Ruiz (nos hace ilusión contarlo), salimos de allí con la conclusión de que Mucho se nos están haciendo mayores. Algo más tranquilos, sin intentos suicidas en banquetas y afianzados en la libertad musical de su estilo tan característico y con un publico nuevo y también de mayor edad. Definitivamente, o aún más, se han ganado su propio sonido y es momento, entrevistadores sobre todo, de olvidar esas referencias a formaciones pasadas.
Solo esperamos que no pase otro año para poder volverlos a ver.
PD: la próxima vez tocad Filtran tus paredes, plis.
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