miércoles, 19 de noviembre de 2014

El Columpio Asesino - 14/11/2014 - Ochoymedio Club (Madrid)




Prolongando un poco de más la siesta, nos plantamos en un Ochoymedio de entradas agotadas y lo que parecía un aforo algo más reducido. En los tres cuartos de hora entre que terminaron los teloneros White Bats (que no llegamos a escuchar) y comenzaba el concierto, la sala se fue llenando de un público ecléctico y de una media de edad algo mayor a lo que el moderneo madrileño nos tiene acostumbradas. Y, ey, se agradece, que había más silencio.



Pues eso, que costó arrancar y más cerca de las diez que de las nueve empezó a sonar la intro de Babel, temazo que El columpio asesino, escogió para arrancar de un tirón con Escalofrío y la Lombriz de tu cuello.
Personalmente, había algo que no acaba de engancharnos al concierto. Entendamos lo que limita el contacto con el público tocar la batería y ser el cantante principal, algo que además nos parece harto difícil pero algo había.


Tras la descarga inicial, llegó un momento algo más melódico con A la espalda del mar, falso momento de descanso porque la oscuridad, unas de las muchas características de este grupo, volvió con Entre cactus y azulejos, también del disco que presentaban.

Fue justo a partir de este momento cuando por fin entramos en el concierto, quizás habernos puesto en la zona fan justo a tiempo de que empezase Ballenas muertas en San Sebastián fue la clave. Este tema seguido del extásico instante causado por la rareza Your man is dead, hizo las delicias del sector más adepto y en general, fueron unos minutos diríamos que mágicos con una sala 100% entregada.

Continuando con temas más antiguos, sonaron la turbia Motel Edad legal, de su disco debut. Pero vino Diamantes, con una interpretación que nos pareció muy bonita. 
Aprovechó el sector guitarra para recordar que estaban allí y dejarnos preparados para el momento karaoke de la noche, Perlas. Y bueno, Toro y la locura. Cuánta gente no habría allí sólo para ese momento...


Hicieron el conocido truco de irse después de ya una hora de concierto que se nos había pasado volada aunque sabíamos que después de Toro no nos iban a dejar así, y apenas 5 minutillos más tarde reaparecieron, bebidas en mano, para proseguir con Floto.

 ¿Hemos visto unas piernas en el aire? Sí, señores. Una mujer en hombros es subida al escenario, intento rápidamente amagado por seguridad. Temíamos la locura del público en este evento y bueno, a pesar de ser todo más light de lo que esperábamos, había gente muy muy entregada.

La marca en nuestra frente... tenía que sonar y La muñeca, tema extraño y a la vez característico del estilo particular de esta formación, creó un auténtico momento rave con unos acertados juegos de luces que fueron el punto, casi, final: Un bis de guitarreo cerró la prácticamente hora y media de espectáculo que no acabó de llegarnos pero que tuvo muchos momentos brillantes. No sabemos por qué, el Ochoymedio no consigue meternos en atmósfera y es algo que nos da mucha rabia.

Nos consta que El Columpio.. estaba entregado y, dentro de su estilo, intentando llegar al público. Público que le tenía ganas, y muchas a este concierto. Si bien no conseguimos bailar toda la noche, no podemos echarles ningún reproche (...era un juego de palabras fácil).

En unos días repiten en Madrid. Si os gusta su estilo indescriptible, Google os dirá más ;)

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