lunes, 29 de octubre de 2012

Bon Iver - 28/10/2012 - Palacio de Vistalegre (Madrid)


Domingo por la tarde, cambio de hora, frío de invierno... un concierto de folk suave pega con todo esto. La verdad es que parecía que el clima se predispuso a dar la bienvenida a los estadounidenses Bon Iver.

Vistalegre, otra vez (¿no hay otro sitio?), alojaba otro de los conciertos del año y esta vez en sonido sí supo estar a la altura. Y la puntualidad también.
Quizás por apiadarse de las almas de los que al día siguiente madrugabamos, quizás por haber dormido una hora más, a las 21.03 empezaron a sonar las notas de Perth para alegría del público allí presente.
Público algo más joven y variado que en el concierto de unos días antes de Wilco, pero no por ello menos respetuoso. Cabe destacar que la gente no habló durante este concierto, cosa que se agradece muchísimo.



Tras Perth, con la atmósfera ya en su punto perfecto de intimidad y habiendo olvidado lo horrible del lugar, con MinnesotaWi se encendieron unas bombillas a modo de velas que dejaban claro que estabamos en una noche de oscuridad y romanticismo invernal.

Ya habiendo calentado, Justin habló con su público, con sus fans totalmente entregados, hizo, cómo no, alguna referencia al hecho de estar tocando en una Plaza de Toros (démosles tópicos pero en general, no interactuó mucho. ¿Timidez? ¿Él es así y punto? Todo dentro de lo correcto y tremendamente educado.

Continuó el recital en ese mecer que es Bon Iver con Towers y dándonos la oportunidad de escuchar de pequeños sólos, con una iluminación muy acorde, de algunos de los músicos de la banda.
Sonaron algunos temas de For Emma, Forever ago, como Creature Fears, pero fue una visita principamente al álbum Bon Iver, Bon Iver.

Un concierto suave, sin grandes estridencias salvo quizás un simpático problema con el distorsionador al inicio de la canción Woods, que ayudó a apreciar más el momento de trance que supuso escucharla.
Para traernos de vuelta a la realidad bastaron las primeras notas de Holocene y tras ello, continuó el repaso a su discografía.

Suena Calgary y con Beth/Rest  empiezan a dar las gracias a todo el mundo: sus músicos, el público, técnicos de sonido, etc. "¿Primer bis ya? Bueno, son las 22.20, nos iremos a las dos horas de concierto".



Nada más lejos de la realidad. Tras el breve descanso, nos invitan a que coreemos con ellos el final de Wolves cantando What might have been lost, ayudando a crear lo que en conciertos al aire libre y con más gente será, sin duda, un momentazo.
Tras ello, For Emma y apenas pasados los 90 minutos de concierto, nos dejaron ahí, sin más bises y teniendo que salir al frío de cara al lunes. Una auténtica crueldad después de semejante concierto y de la magia que allí habíamos vivido.



PD: Sí, otra vez no fuimos a ver a los teloneros, necesitabamos esa siesta. Las inglesas The Staves abrieron la tarde-noche. Pero eso es otra historia. 

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