viernes, 22 de marzo de 2013

Mumford & Sons (+Deap Vally) - 21/03/2013 - Palacio de Vistalegre

Los jueves son los nuevos viernes o sábados. La fiesta que ayer se celebró en el Palacio de Vistalegre fue para unos pocos, capaces de luchar por las entradas que se agotaron rápidamente. 

Ante una estrepitosa acústica de la sala, Deap Vally, el dueto californiano que pretendió presentar algo de su trabajo, fue imposible. Aun así, resonaban ecos que recordaban a The Black Keys, con una guitarra y una batería, pero eso sí, en versión femenina y con una imagen y coreografía muy cuidadas. Ellas saben cómo llamar al público, y fue sencillo, subir de uno en uno y en diferentes temas a cada uno de los componentes (excepto al cantante) y ver como desde abajo, se oían gritos de emoción. 

Mumford & Sons

Después de un descanso, llegó el momento que la gente esperaba. Se apagaron las luces y en Vistalegre  se ensordeció el ambiente. Los primeros acordes de la primera melodía escogida por el grupo londinense, Babel, fueron imposible de ser captados. La situación fue a peor cuando comenzó con fuerza I Will Wait, el single reconocido, que las 10.000 personas del lugar cantaron como si de un himno fuera hasta tal punto de no poder percibir con claridad la interpretación del grupo. El tema a través del cual un 50% de los asistentes conocieron al cuarteto tuvo sus consecuencias y es por eso que el nivel de entrega del público fue decreciendo lentamente y que en temas como The Cave o Little Lion Man resurgió. 

Mumford & Sons
Con un setlist correcto pero no brillante, mucha energía y frases en español, supieron ganarse al público, que ya de por si, emanaban mucha energía, como en el caso de Dust Bowl Dance, donde se olvidaron de todo y rozaron la locura y demostraron que aunque están empezando, pueden hacer melodías que están diseñadas para el espectáculo en estadios. 

Mumford & Sons están creciendo y conocen su poder. Brillan, son majos, bailan, hacen grandes bandas sonoras. Seguramente serán conscientes de que brillan más en espacios abiertos cerca de la naturaleza, como ocurrió en el pasado BBK Live en lo alto del Kobetamendi. Pero eso no es su culpa, habrá que hablar con los organizadores, preocupados exclusivamente de un posible "Madrid Arena" y dejando de lado el sonido.

El próximo concierto en un parque o un estadio. No se necesita más, el resto, lo ponen ellos. 

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