viernes, 10 de octubre de 2014

Jacobo Serra (+Junior Mackenzie) - 8/10/2014 - Sala Costello (Madrid)

A pesar de haber retrasado la vuelta a las crónicas, que no a los conciertos, decidimos que ya estaba bien asumir la Vuelta al Cole y arrancamos el curso con Jacobo Serra.

Pero, a modo de bienvenida a lo que sería una velada muy bonita, Junior Mackenzie inaguró la noche en una Costello con un público por llegar y además tímido. El telonero reivindicó su labor, cosa que no necesitaba puesto que con su presencia y con su voz dejó el listón alto. Los pocos allí presentes estuvimos especialmente pendientes, callados y atentos al final de la vibración de cada acorde para aplaudir. Junior Mackenzie, que ni sabíamos que actuaba, fue una grata sorpresa de gran calidad.Su voz cálida y apenas 20 minutos de concierto nos dejó preparados para lo que continuaría.

Junior McKenzie
En el descanso entre  ambos cantantes la sala empezó a llenarse hasta tener que espabilar para no perder las vistas buenas. Y, bueno, diremos que los fans de Jacobo son altitos...

A las 22h, empezó el turno de Jacobo Serra con Don't Give Up, del disco homónimo que seguido por 26 nos tenía ya tarareando y totalmente concentrados. Siguió con una dedicatoria trampa, a los que madrugan mucho, como Ángel Carmona, quién subió como segunda guitarra a acompañarle con el coreado On and On. 

En un ejercicio de valor, en formato unplugged, Jacobo consiguió concentración en la sala con una muy melodiosa versión de Snapshots of my heart. Por si os no lo habíamos dicho, el estilo de Serra es folk o pop-folk y para constatarlo el instrumento principal en este tema, voz aparte, era el banjo.

All around fue subiendo el ritmo y empezó a hacernos mover mucho seguida de The Party, que sonó muy muy fuerte dentro de lo que es el  formato de este concierto, y después de hacernos ser conscientes de que Never Gone tenía un toque japonés, se arrancó con ella. Y consiguió que siguieramos balanceándonos con su música.

Jacobo Serra

Long ago fue otro ejercicio de acústica de la sala, que curiosamente hizo comunión con la gente lanzándose en los "Oh, darling", y con unos juegos de voces de Jacobo y su músicos que nos quisieron evocar a los Beatles. Siguió el recordatorio a música de otros tiempos de parte de Empty promises (nos encanta), que nos hizo dar un pasito a la derecha, dos a la izquierda y a recordar los 50. En el intento de irse al receso, le tocó al despertador de Radio 3 volver a subir de apoyo para Say it Loud, que con la guitarra adicional sonó bastante potente.

Fue un parpadeo de receso, y volvió el albaceteño-londinense sólo y sin electricidad, para interpretar Fly away, que si tenéis mal de amores no escuchéis. El momento más intimo que en una sala de conciertos y algo apretadillos hemos vivido en mucho tiempo.

Continuó con, por aparente petición popular, un cambio de ritmo,hacia el Blues y prosiguió, sacándonos del ensimismamiento... y cerrando la noche tras apenas una hora de concierto muy repleta de melodias, de concentración, de profesionalidad y en una noche en la que Jacobo estuvo muy bien rodeado, tanto en el escenario como por parte del público. Un público especialmente respetuoso, que quizás, era plenamente consciente de que sabía a lo que venía, a escuchar melodías limpias en las que los juegos de voz y sonidos acústicos se bastaron para crear grandes momentos.


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